Abadía de Montecasino Wikipedia, la enciclopedia libre
El día 15, tras el ataque, el general Von Senger dio por fin permiso a los paracaidistas para ocupar las ruinas de Monte Cassino y convertirlo en un segundo baluarte defensivo detrás del pueblo. El ataque consistió de ocho oleadas sucesivas, con 240 bombarderos lanzando casi 600 toneladas de alto explosivo sobre la abadía. Todos los edificios quedaron destruidos, y el lugar lleno de hoyos y cráteres. El último ataque contra Montecassino fue llevado a cabo por el Segundo Cuerpo polaco del general Anders y la Cuarta División india.
Los franceses conquistaron monte Belvedere, pero cuando les quedaba poco trecho para enlazar con los norteamericanos los granaderos panzer consiguieron detener su avance definitivamente. Cassino era un pequeño pueblo italiano a orillas del río Rápido en el centro de la Línea Gustav, en una zona montañosa, coronado por un monte en donde se erguía una abadía y monasterio benedictino, del siglo VI. En 1943 el Mando Aliado decidió atacar la Línea Gustav alemana para abrirse camino hacia el norte de la península Italiana, hacia Roma.
Sin embargo, el avance fue lento, por lo que esta campaña se asemejó a los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Esto ocurrió debido al difícil terreno de la península itálica, ideal para que los alemanes se atrincheraran en sus defensas. Los ejércitos aliados (ingleses, franceses y estadounidenses) empujaban lentamente, desde el sur hacia el norte, a las fuerzas alemanas que ocupaban Italia. En 744, una donación de Gisulf II de Benevento creó la Terra Sancti Benedicti (la tierra del Santo Benito), las tierras seculares de juriscción de la abadía, las cuales estaban sujetas al abad y a nadie más salvo el papa.
- Los archivos, además de un vasto número de documentos relacionados con la historia de la abadía, contienen unos 1400 irremplazables códices manuscritos, sobre todo históricos.
- La idea era que tras cruzar el Rápido, la fuerza se dividiera en dos grupos, uno que atacaría Cassino y otro que intentaría alcanzar las colinas que dan paso al valle del Liri.
- Pero Cassino formaba parte de una línea defensiva, la Línea Gustav, y a pesar de la resistencia de la 1.ª Div.
- La ciudad de Casinum, antigua fortaleza samnita y luego leal a Roma, también había sido arrasada en el siglo V por las incursiones de visigodos y vándalos.
- En el lugar solo se encontraban los monjes y civiles refugiados y heridos.
- Tampoco dio muchos mejores resultados el bombardeo, un mes después, del pueblo de Cassino, a los pies de la colina del monasterio, que también quedaría reducido a ruinas y también se convertiría en una ratonera de difícil control.
Del siglo X al umbral de la Edad Moderna
Pero Hitler había ordenado luchar "henchidos de sagrado odio" y presentar batalla hasta que "el último soldado enemigo haya sido destruido o rechazado" y sus hombres estaban dispuestos a obedecerle. Es cierto que a esas alturas muchos ya se habían desengañado sobre su mitificado líder y veían claro que aquel conflicto les conducía inexorablemente hacia la derrota. Pero aún esos encontraban razones para mantenerse firmes frente al enemigo, "luchando por el compañero a nuestra derecha…o quizá por el oficial a cargo, a quien respetábamos, o quizá porque pensabamos que estábamos luchando por nuestro honor, cumpliendo nuestra obligación como soldados hasta el último día", tal y como escribió un coronel de la Wehrmacht. El batallón de gurkhas de la división, consiguió trepar hasta una colina detrás del pueblo y ya cerca de la abadía, la Colina del Verdugo y otro batallón indio alcanzó la Colina del Castillo, también próxima.
Montecasino se convirtió así, en centro de estudio y arte importantísimo dentro de Europa. La obra cumplida por los monjes benedictinos en el campo de la cultura fue muy amplia. Los monjes se refugiaron en Roma y no regresaron a Montecasino hasta el siglo VIII. Ya por el año 581 la abadía fue destruida, por primera vez, por los longobardos. En tiempos de los romanos se levantaban sobre ese monte dos templos, uno dedicado a Júpiter y el otro a Apolo, rodeados de un bosque sagrado.
Cuando llegó el turno a las tropas neozelandesas e indias, su jefe, el general Bernard Freyberg, un héroe de la Primera Guerra Mundial, abogó por bombardear la histórica abadía, vista como un apoyo clave en la resistencia alemana. Con sus 520 metros de altura, la colina sobre la que se erguía aquella majestuosa abadía, origen de la orden benedictina, "era una de las posiciones defensivas naturales más fuertes de la historia militar, con el monasterio en lo alto como un gran ojo que todo lo veía", observa Caddick-Adams. El 11 de mayo, los polacos tras la habitual barrera artillera se lanzaron al ataque. Ocuparon una cresta a 1500 metros de la abadía (hacia el este) llamada Cresta Fantasma (cota 593). A pesar de las bajas acumuladas y del volumen de fuego, los paracaidistas organizaron un nuevo contraataque obligando al enemigo a (por enésima vez) abandonar su conquista, retrocediendo los polacos con gran número de bajas.
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Cuando los carros junto con la infantería avanzaron hacia el río, veinte carros quedaron atrapados completamente en el barro y tuvieron que ser abandonados. A pesar de que esta vez se consiguió dominar parte de la orilla alemana, los granaderos panzer habían minado las laderas de las montañas que seguían al río, y construido varios puestos fortificados que se cobraron un fuerte peaje en vidas enemigas. Gracias al apoyo de los carros, los hombres de la 34.ª División consiguieron alcanzar los arrabales de Cassino, pero allí fueron finalmente detenidos de nuevo por fuego concentrado de cañones anticarro y de ametralladoras. Impacientes por alcanzar Roma, los aliados organizaron un desembarco en Anzio y Nettuno, al sur de la capital, intentando dejar a sus espaldas a Montecassino.
Abadía de Montecasino
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses recibió en comodato la mansión Montecasino, antigua propiedad de los hermanos Castaño, para transformarla en un laboratorio temporal destinado a la identificación de víctimas de desaparición forzada. Montecasino aparece, como escribe César Baronio, una verdadera "guardería de santos pastores", hasta el punto de que en aquellos años varios monjes ocupaban las sillas episcopales de Gaeta, Fondi, Sora, Isernia, así como de Benevento, Salerno, Nápoles. La sede de la abadía territorial se encuentra en las cercanías de ciudad de Cassino, en donde se halla la abadía de Montecasino, en cuyo interior está la Catedral basílica de Nuestra Señora de la Asunción y San Benito Abad. Con la batalla de Normandía en marcha, "el mundo comprendió que el resultado de la guerra dependía de los acontecimientos desarrollados mucho más al norte, en Francia y Alemania", apunta Max Hastings en su obra Se desataron todos los infiernos. Aquella maniobra, muy criticada posteriormente por sus propios compañeros de armas, impediría obtener una victoria decisiva y condenaría a casinos dinero real gratis sin deposito los ejércitos allí destinados a un año más de combates en territorio trasalpino.
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